domingo, 31 de enero de 2021

San Juan Bosco - 31 de Enero

San Juan Bosco (31 de enero)

Nació el 16 de agosto de 1815 en Castelnuovo de Asti, hijo de familia campesina quedó huérfano de padre a muy tierna edad y recibió de su madre Margarita Occhiena una sólida educación cristiana y humana.

Fue ordenado sacerdote en Turín en 1841, y allí comenzó su actividad pastoral con San José Cafasso. Su programa, o mejor, su pasión era la educación de los jóvenes, los más pobres y abandonados. Reunió un grupito que llevaba a jugar, a rezar y a menudo a comer con él. 


La incómoda y rumorosa compañía de Don Bosco (así se lo llamaba y se lo llama familiarmente) tenía que estar cambiando de lugar continuamente hasta que por fin encontró un lugar fijo bajo el cobertizo Pinardi, que fue la primera célula del Oratorio. 

Con la ayuda de su mamá Margarita, sin medios materiales y entre la persistente hostilidad de muchos, Don Bosco dio vida al Oratorio de San Francisco de Sales: era el lugar de encuentro dominical de los jóvenes que quisieran pasar un día de sana alegría, una pensión con escuelas de arte y oficios para los jóvenes trabajadores, y escuelas regulares para los estudios humanísticos, según una pedagogía que sería conocida en todo el mundo como método preventivo y basada en la religión, la razón y el amor. 


La práctica del método preventivo se base toda en las palabras de San Pablo que dice: La caridad es benigna y paciente; sufre todo, pero espera todo y aguanta todo. Para asegurar la continuidad de su obra, San Juan Bosco fundó la Pía Sociedad de San Francisco de Sales (los Salesianos) y Hijas de María Auxiliadora (las Salesianas). 

Fue un fecundísimo escritor popular, fundó escuelas tipográficas, revistas y editoriales para el incremento de la prensa católica, la buena prensa. Aunque ajeno a las luchas políticas, prestó su servicio como intermediario entre la Santa Sede, el gobierno italiano y la casa Saboya.


Murió el 31 de enero de 1888 y fue canonizado por Pío XI en 1934.

martes, 26 de enero de 2021

Recemos Juntos por todos los difuntos y por los agonizantes!!


Recemos Juntos por todos los difuntos y por los agonizantes!!

Señor Jesús, Divina Misericordia te presentamos con nuestras oraciones todas las Almas de tus hijos, nuestros hermanos que han partido de este mundo hacia Tu presencia. 

Recibelos y acepta Señor nuestra Oracion como ofrenda de amor por cada uno de ellos, míralos con ojos de Misericordia para que puedan hoy gozar de la Gloria Eterna.
Toma sus sufrimientos y agonías como ofrenda por las deudas contraídas en el Cielo para que si fueran merecedores de Tu Santa Justicia, esta sea aplacada con Tu Misericordia.

Envia Señor, Tu Santo Espiritu consolador a todos los deudos para que sean colmados de Tu paz.

Para que este duelo sea más sereno, especialmente en los más pequeños que aún no logran comprender.

Señor, yo estoy seguro, Confio en Ti de que todas nuestras oraciones son escuchadas y las recibes con amor.

Te pedimos también por todos los agonizantes para que tengas Misericordia de ellos.

Y si es Tu Voluntad, líbranos de todo mal.
Te lo pedimos a Ti que eres Amor y Misericordia plena.

Gracias Señor, porque se que escuchas nuestra oración. Amen

Jesús en Ti Confío!...

lunes, 25 de enero de 2021

La Virgen de la Cabeza Inclinada

La Virgen de la Cabeza Inclinada: un milagro sobre la necesidad de orar por las almas del purgatorio.

En la iglesia de los carmelitas de Döbling, un señorial distrito al norte de Viena (Austria), se venera una imagen de la Virgen con una historia singular: Nuestra Señora de la Gracia, conocida popularmente como María con la Cabeza Inclinada. 

Es una pintura al óleo, obra de un maestro desconocido de la escuela italiana de los siglos XV y XVI, y de un pequeño tamaño: 45x60 centrímetros. Tiene su origen en un milagro que nos recuerda la necesidad de rezar por las almas del purgatorio, para que alcancen pronto el Cielo.

El cuadro fue encontrado en 1609 por un religioso español en Roma, Domingo Urrusolo (o Ruzola o Ruzzola en Itala), quien adoptaría en religión el nombre de Domingo de Jesús María (1559-1630), natural de Calatayud (Zaragoza), fue uno de los primeros monjes de la reforma teresiana, y había llegado a la Ciudad Eterna en 1604. Allí fundó el primer convento carmelita en la Urbe, el de Santa Maria della Scala, en el Trastevere.

Buscando un lugar para fundar el segundo monasterio romano, el de Santa María de la Victoria, encontró una casa medio en ruinas. Mientras la revisaba a fondo para estudiar su adquisición, pasó ante un montón de escombros. 

Iba a continuar su trabajo, cuando algo le dijo que debía mirar más cuidadosamente entre aquella basura. Empezó a apartar trozos de madera y enseres viejos, hasta que reparó en lo que parecía ser un cuadro antiguo. Cuando pudo rescatarlo, comprobó que era una bella pintura de la Virgen María.

El Milagro

En el diario donde anotaba sus gestiones como prior, lo primero que escribió aquel día fray Domingo fue el sentimiento que le invadió al verla: "Siento, querida Madre, que alguien haya tratado tu imagen de forma tan terrible. Te llevaré al monasterio conmigo, te colgaré en mi celda y te tributaré el homenaje que mereces". Así lo hizo. La restauró en cuanto pudo y supo, y le rezaba todos los días, pidiéndole su ayuda en los desvelos por hacer fructificar la orden en Italia.

Pero un día, los rayos del sol que entraban por su ventana se posaron sobre la pintura y descubrieron una mancha que el buen monje no había detectado antes. Lamentando lo que consideraba una negligencia suya y el trapo sucio con el que se aprestó a remediarla, empezó a limpiarla cuando sucedió el milagro. La imagen le sonrió y se inclinó levemente en signo de gratitud, al tiempo que le daba las gracias por las atenciones que le había dedicado.

Fray Domingo se asustó, temiendo estar siendo engañado por el Enemigo. Entonces la Virgen le dijo: "No temas, hijo mío. Pídeme lo que quieras y te lo concederé como recompensa por tu amor a mi Hijo y a mí". El carmelita le pidió entonces que liberase del Purgatorio a un amigo suyo, y recibió la promesa de hacerlo si él se sacrificaba por ello y le ofrecía misas con esa intención. Y la imagen quedó fijada tal como se la conoce hoy.

El religioso cumplió lo que María le había pedido, y al cabo de un tiempo se le apareció para comunicarle que su amigo había sido acogido ya en el Cielo. Y dijo algo más: "A quienes me veneren en esta imagen y busquen refugio en mí, les concederé las gracias que me pidan, especialmente quienes me pidan por la liberación de las almas del purgatorio".

sábado, 23 de enero de 2021

Santa Liduvina patrona de los enfermos crónicos


Esta santa es la Patrona de los enfermos crónicos. Ella nos enseña a aprovechar la enfermedad para pagar nuestros pecados, convertir pecadores y conseguir un gran premio en el cielo. 

Santa Liduvina llegó a amar de tal manera sus sufrimientos que repetía: "Si bastara rezar una pequeña oración para que se me fueran mis dolores, no la rezaría". 

Descubrió que su "vocación" era ofrecer sus padecimientos por la conversión de los pecadores. Se dedicó a meditar fuertemente en la Pasión y Muerte de Jesús. Y en adelante sus sufrimientos se le convirtieron en una fuente de gozo espiritual y en su "arma" y su "red" para apartar pecadores del camino hacia el infierno y llevarlos hacia el cielo. Decía que la Sagrada Comunión y la meditación en la Pasión de Nuestro Señor eran las dos fuentes que le concedían valor, alegría y paz.

Cuentan las antiguas crónicas que recién paralizada una noche Liduvina soñó que Nuestro Señor le proponía: "Para pago de tus pecados y conversión de los pecadores, ¿qué prefieres, 38 años tullida en una cama o 38 horas en el purgatorio?". Y que ella respondió: "prefiero 38 horas en el purgatorio". Y sintió que moría que iba al purgatorio y empezaba a sufrir. Y pasaron 38 horas y 380 horas y 3,800 horas y su martirio no terminaba, y al fin preguntó a un ángel que pasaba por allí, "¿Por qué Nuestro Señor no me habrá cumplido el contrato que hicimos? Me dijo que me viniera 38 horas al purgatorio y ya llevo 3,800 horas". El ángel fue y averiguó y volvió con esta respuesta: "¿Qué cuántas horas cree que ha estado en el Purgatorio?" ¡Pues 3,800! ¿Sabe cuánto hace que Ud. se murió? No hace todavía cinco minutos que se murió. 

Su cadáver todavía está caliente y no se ha enfriado. Sus familiares todavía no saben que Ud. se ha muerto. ¿No han pasado cinco minutos y ya se imagina que van 3,800?". 

Al oír semejante respuesta, Liduvina se asustó y gritó: Dios mío, prefiero entonces estarme 38 años tullida en la tierra. Y despertó. Y en verdad estuvo 38 años paralizada y a quienes la compadecían les respondía: "Tengan cuidado porque la Justicia Divina en la otra vida es muy severa. No ofendan a Dios, porque el castigo que espera a los pecadores en la eternidad es algo terrible, que no podemos ni imaginar.
Dicen los que escribieron su biografía que después de cada éxtasis se afirmaba más y más en su "vocación" de salvar almas por medio de su sufrimiento ofrecidos a Dios, y que al finalizar cada una de estas visiones aumentaban los dolores de sus enfermedades pero aumentaba también el amor con el que ofrecía todo por Nuestro Señor.

Y el 14 de abril de 1433, día de Pascua de Resurrección poco antes de las tres de la tarde, pasó santamente a la eternidad.

viernes, 22 de enero de 2021

San Juan Macias y el Purgatorio

SAN JUAN MACÍAS: EL SANTO QUE LIBERÓ A UN MILLON CUATROCIENTAS MIL ALMAS DEL PURGATORIO!!

Una de las características principales de la vida de san Juan Macías fue su amor y devoción a las almas del purgatorio. Muchos testigos certificaron en el Proceso que nunca lo habían visto sin tener el rosario en su mano izquierda. 

Lo tenía en la mano cuando partía el pan en el comedor, y cuando se le preguntaba por quién estaba rezando el rosario, siempre decía que por las almas del purgatorio. 

Una noche, estando en la iglesia, le dieron voces de la capilla de enfrente, llamándolo por su nombre. 

Alzó los ojos y vio un gran número de gentes que le pedían con lágrimas y suspiros los encomendase a Dios y aplicase por ellos sus oraciones, ayunos y penitencias. Le decían: “Siervo de Dios, acuérdate de nosotras, no nos olvides; socórrenos con tus oraciones en la presencia de Dios y ruega a su divina Majestad que nos saque de estas penas”. Era tanta la multitud que parecía un gran enjambre de abejas y, entendiendo que eran las almas benditas del purgatorio, les respondió: “¿Qué puedo yo, santas almas, hacer ni pedir por vosotras, siendo un hombre tan miserable?”. 

Y desde entonces comenzó a rogar por ellas, aplicándoles uno de tres rosarios, que de rodillas, rezaba todos los días y veinte estaciones al Santísimo Sacramento cada día; y de sus comuniones, una sí y otra no, con otras obras de piedad, ayunos y penitencias… Y le visitaban muchísimas almas, unas dándole gracias del beneficio que habían recibido, y otras, que no habían venido, le buscaban para empeñarle con Dios a que rogase por ellas. Y el siervo de Dios multiplicaba sus ruegos, doblaba sus penitencias y continuaba los ayunos. 

Otra noche estaba en oración y oyó sobre el altar una gran palmada que estremeció la capilla y luego, inmediatamente, un suspiro triste y lastimero; y entendió luego que era alguna alma en pena y le preguntó quién era. Le respondió que era el alma de fray Juan Sayago que venía a valerse de sus ruegos para con Dios; que tuviese lastima de él y procurase sacarle del purgatorio, porque estaba padeciendo atrocísimos tormentos. Le prometió hacerle así y, aquella noche y las dos que siguieron, le aplicó todas sus obras interiores y exteriores a este hermano, que era un religioso lego de la misma Orden, que acababa de expirar en el convento del Rosario de Lima, y era a la misma hora en que, sacando de la enfermería el cadáver, lo habían puesto en la iglesia para enterrarlo al día siguiente... 

A los tres días, estando en el mismo altar, vio salir una visión hermosa y resplandeciente que, poco a poco, se fue elevando hacia el cielo, y entendió que era el alma del fraile lego, su hermano, que libre del purgatorio, pasaba de aquellas penas al descanso de la bienaventuranza . 

Él dijo alguna vez que, según una revelación divina, había conseguido la liberación del purgatorio de un millón cuatrocientas mil almas. Algunos sacerdotes de su Comunidad dieron testimonio de esta cifra en el segundo proceso de Lima, diciendo que habían leído con certeza esta cifra en la relación de su muerte que circulaba en toda la provincia dominicana de San Juan Bautista del Perú. 

Especialmente, su anciano confesor, el padre Gonzalo García, juró habérselo oído decir y lo mismo el que fue su Prior, el padre Blas de Acosta, quien aseguró: Todos los días rezaba el rosario por las almas del purgatorio y hasta aquella hora (en que fray Juan se lo declaraba) habían salido por sus oraciones del purgatorio un millón cuatrocientas mil almas, según bien lo recuerdo. Tanto el padre Blas cono el padre Gonzalo habían dicho eso mismo en el primer proceso diocesano.

jueves, 21 de enero de 2021

¿Porque llora Maria?... Meditación


¿Porque llora Maria?...
Meditación 
Autor: Javier Ils

Cuando te digan que en tal o cual lugar una imagen de María ha llorado, no acudas a verlo como un show,  no es bueno ni grato, ni atractivo, ver a una Madre llorar...

Más bien pregúntate ¿porque llora María?...
Quizás por la falta de amor que hay en el mundo, tal vez por la falta de reconciliación, o puede ser porque no hay conversión...

Pero esto es, quizás lo más acertado de pensar, cuando Jesús nos legó al pie de la cruz a Su Madre como Madre nuestra,  ella nos adoptó de manera especial,  nos ve a cada uno como a Su pequeño Jesús. 

Cuando uno de esos pequeños Jesús se aleja por el pecado de Su amado Hijo Jesús, ella llora y lo hace como verdadera Madre de amor.

Esto no es un show, es una realidad, ella verdaderamente nos considera sus hijos y sufre por cada uno de nosotros, si te enteras que ella está llorando, como hijo mimado desvivete por buscar una manera de hacerla reír, recuerda que si María ríe, Jesús ríe y esta feliz!!!...

jueves, 14 de enero de 2021

Oracion a San José por la familia


Glorioso San José, dulzura de Dios, protector, modelo y guía de las familias cristianas: Te ruego protejas la mía. 

Haz reinar en ella el espíritu de fe, santa  alegría y de religión, la fidelidad a los mandamientos de Dios y de la Iglesia, la paz y la unión de los hijos, el desprendimiento de los bienes temporales, la alegría del corazón en el hogar y el amor a los asuntos del cielo.

Dígnate velar sobre todos nuestros intereses.

Ruega al Señor que bendiga nuestra casa. Otorga la paz a la familia, acierto a los hijos en la elección de estado. 

Concede a todos los miembros de nuestra familia y de todas las familias de la tierra, la gracia de vivir y morir en el amor de Jesús y de María. 
Amén

sábado, 9 de enero de 2021

Domingo del Bautismo de Nuestro Señor Jesucristo!!

Domingo del Bautismo de Nuestro Señor Jesucristo!!

¿𝗖𝘂á𝗻𝗱𝗼 𝘀𝗲 𝗰𝗲𝗹𝗲𝗯𝗿𝗮 𝗲𝘀𝘁𝗮 𝗙𝗶𝗲𝘀𝘁𝗮?
Se celebra el domingo siguiente al 6 de enero. Con esta fiesta concluye el tiempo de Navidad e inicia el Tiempo Ordinario.

¿𝗦𝗲 𝘁𝗿𝗮𝘁𝗮 𝗱𝗲 𝘂𝗻𝗮 𝗳𝗶𝗲𝘀𝘁𝗮 𝗺𝘂𝘆 𝗿𝗲𝗹𝗮𝗰𝗶𝗼𝗻𝗮𝗱𝗮 𝗰𝗼𝗻 𝗹𝗮 𝗘𝗽𝗶𝗳𝗮𝗻í𝗮?
Es la segunda manifestación después de la de los magos. Y en esta fiesta se manifiestan tres grandes misterios:

La divinidad de Jesucristo (Este es mi Hijo muy amado)

La manifestación de la salvación realizada por Él (Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo) 

Su unción mesiánica, (Enviado a anunciar el Evangelio a los pobres).

Consagración personal al Sagrado Corazón de Jesús

CONSAGRACIÓN PERSONAL AL CORAZÓN DE JESÚS - P. Florentino Alcañiz S.J. 

inspirada en los escritos de tres grandes Apóstoles del Sagrado Corazón: Sta. Margarita María Alacoque -fundamentalmente-, P. Bernardo de Hoyos y Sor María del Divino Corazón.

Descansa un poquito, alma cristiana, del tráfago de la vida y escucha las amorosas palabras del Corazón de Jesús, de ese Dios de amor y misericordia que tanto anhela tu bien.

Dime, hijo mío, ¿eres feliz? ¿Estás contento? ¿Tu corazón tiene paz? ¿Goza de aquella tranquilidad en lo hondo parecida a la quietud de la arena que descansa en el fondo de los mares muy profundos?
Tal vez eres de esas almas desgraciadas que lloran por encontrarse caídas a cada paso en la culpa, pero que a manera de palomas que tuviesen las alas apelmazadas de cieno, parece que no pueden acabar de levantarse. 

Tal vez eres de esas otras que caminan arrastrando por la senda pendiente y estrecha de la virtud con la fría languidez de esa tisis del espíritu que se llama tibieza. Tal vez, en fin, seas de aquellas, ni pecadoras ni tibias, pero en cuya mirada triste se ve retratado el desaliento: almas que, o bien a la manera de águilas, con los vuelos recortados, se pasan toda la vida en lanzarse a los espacios y caer mil veces en tierra desalentadas, o bien, al modo de caminantes que marchasen por un arenal inmenso, se desaniman y hastían de andar y andar tantos años y tan poco adelantar. ¡Cuánta compasión me causan todas estas pobrecitas almas! ¡Y son tantas!

"Los tesoros de bendiciones y de gracias que este Sagrado Corazón encierra son infinitos; yo no sé que haya ningún ejercicio de devoción en la vida espiritual, que sea más a propósito para levantar un alma en poco tiempo a la perfección más alta y para hacerla gustar de las verdaderas dulzuras que se encuentran en el servicio de Jesucristo".

"Cuanto a las personas seglares, ellas hallarán por medio de esta amable devoción todos los socorros necesarios a su estado; esto es: la paz en sus familias, el alivio en sus trabajos, las bendiciones del cielo en todas sus empresas, el consuelo en sus miserias; y en este Sagrado Corazón encontrarán su lugar de refugio durante la vida y principalmente a la hora de la muerte. ¡Oh qué dulce es morir después de haber tenido una tierna y constante devoción al Sagrado Corazón de Jesús" "Sobre todo haga Ud. porque la abracen las personas religiosas, porque sacarán de ella tantos auxilios, que no será necesario otro medio para restablecer el fervor primitivo y la más exacta regularidad en las comunidades menos observantes, y llevar al colmo de la perfección a las que viven en la más perfecta observancia".

martes, 5 de enero de 2021

Una Religiosa del Purgatorio dejo su huella visible

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Quedó una huella de la mano de la Hermana Teresa M. Gesta, en su visita desde el P
urgatorio en el Convento de las Terciarias Franciscanas, Foligno, Italia

El día 4 de noviembre de 1859 había muerto de apoplejía fulminante, en el convento de Terciarias Franciscanas de Foligno, una buena hermana llamada Teresa Margarita Gesta.

Fue por muchos años maestra de las novicias, y a la vez encargada de la pobre ropería del monasterio.

Había nacido en Córcega, en Bastia, en 1797 y había entrado en el monasterio en febrero de 1826.

Doce días después de la muerte de sor Teresa, el 17 de noviembre, la hermana Ana Felicia, que la había ayudado y que la reemplazó después de su muerte, iba a entrando en la ropería, cuando oye gemidos que parecían salir del interior del aposento.

Algo azorada, se apresuró a abrir la puerta: no había nadie.

Dejándose oír nuevos gemidos, a pesar de su ordinario valor, sintió miedo.
“¡Jesús, María!; –exclamó – ¿qué es esto?”.

Aún no había concluido, cuando oyó una voz lastimera, acompañada de este doloroso suspiro: “¡Oh, Dios mío! ¡Cuánto sufro! Oh Dios! ¡Peno tanto!”.

La hermana, estupefacta, reconoció pronto la voz de la pobre sor Teresa. Se repone como puede, y le pregunta:

“¿Y por qué?”
“A causa de la pobreza”, responde sor Teresa.
“¡Cómo!… – replica la hermana – ¡vos que erais tan pobre!”

“No es por mí misma, sino por las hermanas, a quienes he dejado demasiada libertad en este punto. Y tú ten cuidado de ti misma”.
Y al mismo instante la sala se llenó de un espeso humo, y la sombra de sor Teresa apareció dirigiéndose hacia la puerta, deslizándose a lo largo de la pared.

Llegando cerca de la puerta, exclamó con fuerza: “He aquí un testimonio de la misericordia de Dios”.

Y diciendo esto tocó el tablero superior de la puerta, dejando perfectamente estampada en la madera calcinada su mano derecha, y desapareciendo en seguida.

La pobre sor Ana Felicia se había quedado casi muerta de miedo. Se puso a gritar y pedir auxilio.

Llega una de sus compañeras, luego otra y después toda la Comunidad; la rodean y se admiran todas de percibir un olor a madera quemada.

Buscan, miran y observan en la puerta la terrible marca, reconociendo pronto la forma de la mano de sor Teresa, que era notablemente pequeña.

Espantadas, huyen, corren al coro, se ponen en oración, y olvidando las necesidades de su cuerpo, se pasan toda la noche orando, sollozando y haciendo penitencia por la pobre difunta, y comulgando todas por ella al día siguiente.

Espárcese por fuera la noticia; los Religiosos Menores, los buenos sacerdotes amigos del monasterio y todas las comunidades de la población unen sus oraciones y súplicas a las de las Franciscanas.

Este rasgo de caridad tenía algo de sobrenatural y de todo punto insólito.
Sin embargo, la hermana Ana Felicia, aun no repuesta de tantas emociones, recibió la orden formal de ir a descansar.
Obedece, decidida a hacer desaparecer a toda costa en la mañana siguiente la marca carbonizada que había causado el espanto de todo Foligno.

Mas, he aquí que sor Teresa Margarita se le aparece de nuevo.

“Sé lo que quieres hacer; – le dice con severidad –; quieres borrar la señal que he dejado impresa.
Sabe que no está en tu mano hacerlo, siendo ordenado por Dios este prodigio para enseñanza y enmienda de todos.

Por su justo y tremendo juicio he sido condenada a sufrir durante cuarenta años las espantosas llamas del purgatorio, a causa de las debilidades que he tenido a menudo con algunas de nuestras hermanas.

Te agradezco a ti y a tus compañeras tantas oraciones, que en su bondad el Señor se ha dignado aplicar exclusivamente a mi pobre alma; y en particular los siete salmos penitenciales, que me han sido de un gran alivio”.

Después, con apacible rostro, añadió:
“¡Oh, dichosa pobreza, que proporciona tan gran alegría a todos los que verdaderamente la observan!”. Y desapareció.

Por fin, al siguiente día, el 19, sor Ana Felicia, habiéndose acostado y dormido, a la hora acostumbrada, oye que la llaman de nuevo por su nombre, despiértase sobresaltada, y queda clavada en su postura sin poder articular una palabra.

Esta vez reconoció también la voz de sor Teresa, y al mismo instante se le apareció un globo de luz muy resplandeciente al pie de su cama, iluminando la celda como en pleno día, y oyó que sor Teresa con voz alegre y de triunfo, decía estas palabras:

“Fallecí un viernes, día de la Pasión y otro viernes me voy a la Gloria… ¡Llevad con, fortaleza la cruz!… ¡Sufrid con valor!”.

Se transfigura en una nube ligera, blanca, deslumbrante, y volando al cielo desaparece.
Y añadió con dulzura: “¡Adiós! ¡adiós! ¡adiós!…”.

Abrióse en seguida una información canónica por el obispo de Foligno y los magistrados de la población.

El 23 de noviembre, en presencia de un gran número de testigos, se abrió la tumba de sor Teresa Margarita, y la marca calcinada de la pared se halló exactamente conforme a la mano de la difunta.

El resultado de la información fue un juicio oficial que consignaba la certeza y la autenticidad de lo que acabamos de referir.
En el convento se conserva con veneración la puerta con la señal calcinada.

La Madre abadesa, testigo del hecho, se ha dignado enseñármela (dice Mons. de Ségur), y mis compañeros de peregrinación y yo hemos visto y tocado la madera que atestigua de modo tan temible que las almas que, ya sea temporal, ya sea eternamente, sufren en la otra vida la pena del fuego, están compenetradas y quemadas por el fuego.

Cuando, por motivos que sólo Dios conoce, les es dado aparecer en este mundo, lo que ellas tocan lleva la señal del fuego que les atormenta.

Parece que el fuego y ellas no forman más que uno; es como el carbón cuando está encendido.

lunes, 4 de enero de 2021

6 de Enero Santo Reyes Magos


Hoy celebramos la solemnidad de la Epifanía del Señor.

 En esta fiesta se recuerda la llegada de los magos de oriente que llegan ante al niño Jesús y lo adoran. 

Epifanía es una palabra griega (epiphaneia) que significa; mostrarse, manifestarse, presentarse, mostrarse por encima.

Así que la Epifanía del Señor es una fiesta religiosa católica romana y la iglesia ortodoxa. En este contexto, se entiende por Epifanía la revelación de la presencia del DIOS ENCARNADO,  es decir, de Jesús echo hombre frente a la humanidad. Los magos de oriente se postean ante el niño para adorarle y ofrecerle regalos.

 Oro por qué es Rey.
 Incienso por qué es Dios.
 Mirra por qué es Hombre.

Este último da referencia para honrar su sacrificio!. 

Los Evangelistas, específicamente Mateo, no revela el número de magos ni sus nombre, esto se deduce por la cantidad de regalos que se mencionan en el Evangelio.

Este culto a los Reyes Magos se lo debemos a a la madre del emperador Constantino, la Reina Santa Elena, quién se dedico en vida a reunir infinidad de reliquias relacionadas estrechamente con Jesús, y los Reyes Magos no fueron la excepción, estás fueron rescatadas por Santa Elena en año 300 d,c, y entregadas al obispo de Milán San Eustorgio, religioso Helénico quién visito al emperador en Constantinopla con el fin de que el emperador le permitiera aceptar su reciente nombramiento; sino que además le hizo un regalo inolvidable: las venerada reliquias de los magos de oriente. Las cuales fueron saqueadas de Milán por el emperador Federico barbarroja, que a su vez se las entrego al al Arzobispo de Colonia, Reinaldo de Dassel en el 1164 y desde entonces permanecen ahí!!..

domingo, 3 de enero de 2021

Antigua Oracion a San José

Antigua oración a San José, más de 1900 años de antigüedad (Libro de oraciones Pieta, página 12).

Oh San José, cuya protección es tan grande, tan poderosa y eficaz ante el trono de Dios, en tus manos entrego todos mis intereses y mis deseos. 

Oh San José, asísteme con tu poderosa intercesión. Obten para mí, de tu Divino Hijo, Nuestro Señor,  todas las bendiciones espirituales que necesito. A fin de que, habiendo conseguido, aquí en la tierra, la ayuda de tu poder celestial, pueda ofrecer mi gratitud y homenaje, al Padre más Amoroso. 

Oh San José, nunca me cansaré de contemplarte con el Niño Jesús dormido en tus brazos. No me atrevo a acercarme mientras que el Niño reposa 
sobre tu corazón. Abrázale fuertemente en mi nombre; y de parte mía, besa su fina y delicada Cabecita. Luego, suplicale que me devuelva ese beso a la hora de mi último suspiro. 

San José, patrón de los moribundos, ruega por nosostros. Amén. 

Rezarlo por nueve mañanas cosecutivas por lo que usted desea.

*Esta oración fue descubierta el año quincuagésimo de Nuestro Señor Jesucristo. En el siglo XVI, o en los años de 1500 A.D., envió el Papa esta Oración al Emperador Carlos. El emperador reibió esta oración al prepararse para emprender la batalla. 

Los que leyesen esta oración serán premiados. Igualmente se premiará a los que la escuchasen al ser leída o si la llevasen en su persona. A todas estas almas se les promete que no morirán repentinamente; ni se ahogarán; ni serán afectados por el veneno. No caerán en manos de sus enemigos; ni serán consumidos en ningún incendio; ni aun derrotados en la batalla.

Dulce Nombre de Jesus

DEL NOMBRE DE JESÚS Meditación VIII tomado de “Meditaciones para la octava de Natividad hasta la Epifanía” de San Alfonso María de Ligorio. 

El nombre de Jesús es nombre divino, anunciado a María de parte de Dios por el arcángel san Gabriel; y por esto dijo san Pablo, que era nombre sobre todo nombre, en el que solamente se halla la salvación.

Este nombre es comparado por el Espíritu Santo al aceite, por la razón, dice san Bernardo, de que así como el aceite es luz y comida, y también medicina; así el nombre de Jesús es luz para el entendimiento, alimento para el corazón y medicina para el alma.

Es luz para el entendimiento, pues con este nombre se convirtió el mundo, sacándole de las tinieblas de la idolatría a la luz de la fe. Nosotros que hemos nacido en estas regiones, donde antes de la venida de Jesucristo todos nuestros antepasados eran gentiles, seríamos aún tales, si no hubiese venido el Mesías a iluminarlos.

¡Cuánto, pues, debemos agradecer a Jesucristo el don de la fe! Y ¿qué sería de nosotros en el África o en América, entre herejes o cismáticos? El que no cree, está perdido; y verosímilmente del mismo modo nos hubiésemos perdido nosotros.
Es también el nombre de Jesús el alimento que nutre nuestros corazones; porque él nos recuera lo que Jesús ha hacho por salvarnos. De aquí es que nos consuela este nombre en las tribulaciones, nos da fuerza para andar por el camino de la salvación, nos anima en las desconfianzas, nos enciende para amar, recordando lo que ha padecido nuestro Redentor por salvarnos.

Este nombre, finalmente, es medicina para el alma, haciéndola fuerte contra las tentaciones de nuestros enemigos.

Tiembla el infierno, y huye al invocar este santo nombre, según aquello que dice el Apóstol: En el nombre de Jesús se dobla toda rodilla de los que están en el cielo, en la tierra y en los infiernos. Filipenses 2, 10.

El que es tentado y llama a Jesús, no cae, y quién siempre le invocare no caerá y será salvo, según la palabra del salmo: Invocaré al Señor alabándole: y seré salvo de mis enemigos. Sal. 18, 4.

Y ¿quién, que siendo tentado le ha invocado, se ha perdido jamás? Se pierde el que no le invoca en su ayuda, o quién persistiendo la tentación deja de invocarle.

Afectos y súplicas

¡Oh! Hubiese yo siempre invocado a Vos, Jesús mío, y nunca habría sido vencido por el demonio! He perdido miserablemente vuestra gracia, porque en las tentaciones me he descuidado de llamaros en mi ayuda.
Ahora lo espero todo de vuestro santo nombre. 

Escribid, pues, o Salvador mío, grabad en mi pobre corazón vuestro poderosísimo nombre, para que teniéndolo allí impreso juntamente con el amor a Vos, lo tanga siempre en la boca, pronunciándolo en todas las tentaciones que me prepara el infierno, para volver a verme su esclavo y separado de Vos.

En vuestro nombre encontraré yo todo bien. Si fuese afligido, el me consolará, pensando cuánto os habéis afligido por mi amor.

Si me viese desconfiado por mis pecados, él me dará valor, recordándome que habéis venido al mundo para salvar los pecadores: si fuese tentado, vuestro nombre me dará fortaleza trayéndome a la memoria, que más podéis Vos ayudarme, que abatirme el infierno. Si, finalmente, me hallase frio en vuestro amor, él me dará fervor, representándome cuánto Vos me habéis amado.

Jesús mío, Vos sois y espero que siempre seréis el único amor mío. Os doy todo mi corazón, y a Vos solamente quiero amar, y quiero invocaros cuanto más a menudo podré. Quiero morir con vuestro nombre en la boca, nombre de esperanza, nombre de salvación, nombre de amor.

¡Oh María! Si me amáis, esta es la gracia que habéis de alcanzarme, hacedme invocar siempre vuestro nombre y el de vuestro Hijo; haced que ellos sean el respiro de mi alma, y que los repita siempre en vida para repetirlos en el último aliento que tendré en la hora de la muerte.

Jesús y María, ayudadme: Jesús y María, yo os amo.

Jesús y María, a Vos encomiendo mi alma.

Hay niños en el Purgatorio

¿HAY NIÑOS EN EL PURGATORIO?
Hay niños que empiezan a tener uso de razón antes de lo que se piensa. Y dándose cuenta de que obran mal, suelen decir mentiras, reñir con otros, desobedecer a sus padres, cometer pequeños robos, decir palabras malsonantes, insultar a otros, y ni qué decir los niveles de pecado que estas nuevas generaciones han alcanzado.
Por eso tiene explicación lo que escribió la Venerable Doña Marina de Escobar, una mística española declarada venerable por la Iglesia Católica. Esto fue lo que escribió en su diario:
“Me mostró el Señor muchas almas de niños pequeños, como de siete años abajo, que me parecería a mí padecían grandes penas en el Purgatorio. Estaban como crucificadas, extendidos los bracitos y díjome Su Majestad: ‘Preocúpate por estas almas, ruega por ellas, como sueles hacerlo con las demás almas del Purgatorio y aplícales Comuniones’.

Pues, Señor mío, dije yo, estos niños, ¿cómo es que van al Purgatorio y padecen tanto? ‘Penas padecen -respondió el Señor-; pero no son tan grandes como a ti, lastimada de verlos, te parecen. Sabe que estas almas de niños de poca edad, murieron con culpas ligeras y veniales, que es necesario las paguen.

Mas como vosotros, cuando mueren estos tales, los llamáis angelitos y pensáis que enseguida van al Cielo, sucede que no ofrecéis Misas, ni los socorréis con otras buenas obras, no siendo auxiliados sino con sólo los sufragios comunes de la Iglesia, motivo por el que permanecen largo tiempo en sus penas, hasta salir por sus cabales, hasta que cumplen todo el tiempo a que se los destinó sufrir, sin abreviársele este tiempo debido a ese error de creérselos ya en el Cielo y no socorrérselos como a los difuntos adultos con toda clase de sufragios. Ruégame, pues, tú por ellos, en tus oraciones’.

Hice lo que el Señor me mandaba, quedando harto enseñada de lo meticulosa que es la DIVINA JUSTICIA en purificar a toda alma (sea de quien sea) para que pueda luego ir a gozarle en la Gloria”. (Libro II, cap. 17)
   
TAMBIÉN LOS NIÑOS VAN AL PURGATORIO
La beata María Ana Lindmayr vio también niños en el Purgatorio. Su hermana Ana Catalina (de casada Winkler), tuvo dos hijos: Félix e Ignacio. Félix murió el 23 de Marzo de 1701, e Ignacio lloró mucho por su muerte. Félix era un buen niño, muy diferente de Ignacio, que por el contrario era violento, colérico y desobediente, pero muy inteligente. La beata oró para que, si no iba a vivir según los mandatos de Dios, Él se lo llevara consigo aún inocente. En ese momento el niño se encontraba bien de salud. El 20 de Mayo Ignacio fue preso de una gran nostalgia de Félix, se puso muy triste y decía que quería irse con su hermanito. Ese mismo día convulsionó, sufrió hasta el 8 de Junio, después se calmó, y el 14 de Junio murió sin haber llegado aún a los cuatro años de edad.
  
Pocos días después se apareció Ignacio a Ana María, y a los lados lo acompañaban sus dos hermanitos (uno ya había muerto antes de Félix). Ignacio llevaba una túnica gris y estaba muy triste. La tía rezó por él y le fue revelado que Ignacio ya había pecado y por eso debió ir al Purgatorio.
  
Dos días después volvió a ver a Ignacio, pero ahora en brazos de su Ángel Custodio que lo llevaba al Cielo. La beata escribe al respecto: “He visto muchos niños desde los cuatro años en adelante en el Purgatorio, y he aprendido que cuando estos están para morir, hay que hacerlos arrepentirse y confesarse; se les debe absolver y dar la extremaunción”.
  
Del libro de Ana María Lindmayr, Mein verkehr mit armen seelen: Aus dem Tagebuch einer Carmelitin. Christiana-Verlag, 1978.
    
OFREZCAMOS EL SANTO ROSARIO, COMUNIONES Y MISAS POR LAS ALMAS DE NIÑOS EN EL PURGATORIO
  
“No puedo explicar la compasión que me causa ver a las almas del Purgatorio. Pero nada hay más consolador que contemplar su paciencia y ver cómo se alegran las unas de la salvación de las otras. He visto niños también en ese lugar” (Bienaventurada Ana Catalina Emmerick, Visión del 2 de Noviembre de 1822).

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