miércoles, 24 de febrero de 2021

La Divina Infantita

Arrullo a La Divina Infantita.

"Quiero que se me dé culto en mi infancia".
"Concederé cuanto se me pida en esta advocación".

Eres niña inmaculada, del Señor obra maestra, pues la fuerza de Su diestra quedó en tu ser agotada, y porque fuiste formada sin la culpa original.
Eres Reina Universal y de mi vida pastora,
Inmaculada Señora, líbranos de todo mal.

A ti me acojo, porque se que me amas,
porque de ti los beneficios brotan,
porque velas por mí, porque la llamas de tu gran caridad, nunca se agotan.

Aquí en tu corazón, Niña María, vengo confiado a remediar mis males, y a buscar la segura medicina que en él encuentran siempre los mortales.

Dígnate Madre amada, hacerme fuerte,
que me venza a mí mismo y sea sumiso,
y asísteme en el trance de la muerte
para volar contigo al paraíso, y pues nos proteges tanto como verdadera Madre
bendícenos desde el Cielo y haz que nos bendiga el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Amén.

domingo, 21 de febrero de 2021

La imagen de la Divina Misericordia revelada el 22 de Febrero


HOY 22 DE FEBRERO FIESTA DE LA  IMAGEN DE LA DIVINA MISERICORDIA

La imagen de la Divina Misericordia 

le fue revelada a Santa Faustina en  22 DE FEBRERO DEL1931 y Jesús mismo le pidió que se pintara, explicándole luego su significado y lo que los fieles alcanzarán con ella. Pero la imagen más conocida de esta devoción es la tercera que se realizó.

Esta es la historia de la famosa imagen. 

Tras la revelación en 1931 de Jesús a Santa Faustina y la petición de que realizara un cuadro mostrando la Divina Misericordia, la religiosa pidió a Eugenio Kazimirowski que lo llevara a cabo. Éste lo hizo siguiendo las indicaciones de Santa Faustina y lo terminó en 1934, no obstante, Santa Faustina lloró al ver que la imagen acabada “no reflejaba” toda la belleza de Jesús, pero Él la animó

El segundo cuadro fue hecho por encargo de la Congregación de la Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia en 1942 y por el artista Estanislao Batowski. Sin embargo, durante la insurrección de Varsovia, la capilla y la imagen fueron consumidas por el fuego. Por eso se le encomendó al artista pintar otra para la Capilla de la Divina Misericordia en Cracovia.

Por entonces el pintor Adolfo Hyla llegó a la casa cracoviana de la Congregación con la propuesta de pintar un cuadro como voto por haberse salvado en la guerra. Le dieron una estampa de la Divina Misericordia y las descripciones de Santa Faustina.

El pintor terminó el cuadro en 1943 y fue bendecida en la capilla por el P. Andrasz, confesor de Faustina.

Más adelante llegó la imagen de Batowski, pero solo el cuadro de Hyla se quedó en la capilla por recomendación del Cardenal Adan Sapieha, quien lo eligió porque había sido pintado como voto.

Como el cuadro de Hyla no entraba en el altar a la Misericordia, en la capilla, el pintor hizo una imagen más pequeña, que fue bendecida el Segundo Domingo de Pascua de 1944 también por el P. Andrasz.

En 1954 Hyla repintó el lienzo, eliminando la pradera y el matorral que había puesto, y colocó el fondo oscuro con el suelo bajo los pies de Jesús.

Esta imagen de Hyla se hizo famosa por las gracias que recibían los fieles y es la más difundida en el mundo.

De esta manera se cumplió el pedido de Jesús a Santa Faustina: “Deseo que esta imagen sea venerada primero en su capilla y en el mundo entero”.

La revelación

Cuenta Santa Faustina en su diario: “Al anochecer, estando en mi celda, vi al Señor Jesús vestido con una túnica blanca. Tenía una mano levantada para bendecir y con la otra tocaba la túnica sobre el pecho. De la abertura de la túnica en el pecho, salían dos grandes rayos: uno rojo y otro pálido”.

“Después de un momento, Jesús me dijo: Pinta una imagen según el modelo que ves, y firma: ‘Jesús, en ti confío’. Deseo que esta imagen sea venerada primero en su capilla y [luego] en el mundo entero”.

Jesús le señaló: “Prometo que el alma que venera esta imagen no perecerá. También prometo, ya aquí en la tierra, la victoria sobre los enemigos y, sobre todo, a la hora de la muerte. Yo mismo la defenderé como mi gloria”.

Otro día, estando Santa Faustina en oración, Cristo le dijo: “Los dos rayos significan la Sangre y el Agua. El rayo pálido simboliza el Agua que justifica a las almas. El rayo rojo simboliza la Sangre que es la vida de las almas”.

“Ambos rayos brotaron de las entrañas más profundas de mi misericordia cuando mi Corazón agonizante fue abierto en la cruz por la lanza. Estos rayos protegen a las almas de la indignación de mi Padre. Bienaventurado quien viva a la sombra de ellos, porque no le alcanzará la justa mano de Dios”.

Santa Faustina contaba todo esto a su confesor, el actual Beato P. Miguel Sopocko, quien designó al pintor Eugenio Kazimirowski para que realizara la imagen según las indicaciones de la santa.

“Una vez, cuando estaba en [el taller] de aquel pintor que pintaba esa imagen, vi que no era tan bella como es Jesús. Me afligí mucho por eso, sin embargo lo oculté profundamente en mi corazón”, escribió Santa Faustina en su diario.

“Fui a la capilla y lloré muchísimo. ¿Quién te pintará tan bello como Tú eres? Como respuesta oí estas palabras: ‘No en la belleza del color, ni en la del pincel, está la grandeza de esta imagen, sino en Mi gracia’”.

Beato Richard Henkes - 21 de Febrero

BEATO RICHARD HENKES
Presbítero y Martir.

21 de febrero
Beato Richard Henkes, presbítero de la Sociedad del Apostolado Católico y martirizado por los nazis en el campo de concentración alemán de Dachau, el 22 de febrero de 1945.

Richard nació el 26 de mayo de 1900 en Ruppach, una aldea cerca de Montabaur, Alemania.
Con la intención de convertirse en misionero Palotino en Camerún, se trasladó en 1912 a Vallendar, donde conoció al Pe. José Kentenich, su director espiritual Allí, el joven participó con entusiasmo de la vida recién nacida de la Congregación Mariana, de la cual se convirtió en director del sector misionero.

Henkes fue, por tanto, uno de los jóvenes que acompañó el inicio de la Obra de Schoenstatt. Él pertenecía a la primera generación de estudiantes con los que José Kentenich, entonces padre espiritual, fundó Schoenstatt.

En 1918 Richard fue reclutado para el servicio militar en Darmstadt. Al año siguiente completó sus estudios y se unió a la Comunidad de Padres Palotinos. En 1921 emitió sus primeros votos religiosos, después de haber pasado por una crisis espiritual. En 1925 se ordenó sacerdote en Limburgo Pe. Richard Henkes fue docente en las escuelas Palotinas de Schoenstatt.

En 1941, el Vicario General de la Congregación, Pe Nathan Von Branitz, le asignó el puesto de administrador de la parroquia de Strandorf. Debido a sus actividades y sermones contra el nazismo y contra las condenas de asesinatos de inocentes, fue el objetivo de las autoridades alemanas. Así que recibió varias advertencias de la Gestapo.
En fin, el 8 de abril de 1943, Pe Richard fue arrestado por la Gestapo El 10 de julio del mismo año fue deportado al Campo de Concentración de Dachau, donde fue sometido a trabajos forzados, en condiciones inhumanas. Sin embargo, permaneciendo firme en su fe, compartía su comida con otros detenidos, a los que le daba fuerza y coraje.

En Dachau, conoció y conversó mucho con el entonces profesor Josef Beran, quien más tarde se convirtió en cardenal-arzobispo de Praga. Con su maestro aprendió el idioma checo para ser capellán en Oriente después de la guerra.
Al final de la guerra, se rompió en Dachau la epidemia de tifus. El 11 de febrero de 1945 Pe Richard fue uno de los voluntarios alemanes asistiendo a los enfermos, aunque sabía del riesgo mortal que corría debido a la epidemia. De hecho, después de un par de semanas, él también fue acometido por la enfermedad. Después de cinco días, murió el 22 de febrero de 1945.

El Papa Francisco reconoció el martirio del padre Henkes, fue beatificado el 15 de septiembre de 2019, la ceremonia la realizó el cardenal Kurt Koch.

El Ave María de Oro

EL AVEMARÍA DE ORO. 

¡Ave, María!
¡Blanco Lirio de la Gloriosa
y siempre Serena Trinidad!
¡Salve, Brillante Rosa del Jardín
de los Deleites Celestiales!

¡Oh, Tú, de Quien DIOS quiso nacer en este mundo, y de cuya Leche el Rey del Cielo quiso ser nutrido!.
Alimenta nuestras almas con las efusiones
de la Gracia Divina. Amén.

Promesas:

“A las Almas  que en vida Me hayan saludado con esta Oración, Me apareceré con gran resplandor en la hora de la muerte. Además, cuando el Alma  se separe del cuerpo, Me manifestaré con hermosura tan espléndida, que el Alma  sentirá un gran consuelo. En ese instante, experimentará algo semejante a las delicias del Paraíso.”

(Palabras de la Santísima Virgen a Santa Gertrudis)

La muerte de San José: ¿se sabe cómo, cuándo y dónde murió?

La muerte de San José: ¿se sabe cómo, cuándo y dónde murió?

La Santa Biblia no hace referencia específica a la muerte de San José, pero algunos santos han sacado deducciones interesantes al respecto.

San José es, después de la Santísima Virgen María, el santo que más espacio ocupa en el Magisterio de la Iglesia Católica, a pesar de que en la Biblia hay pocas referencias sobre su persona.
De san José, podemos ubicar poco más de una decena de pasajes bíblicos en los que aparece en las Sagradas Escrituras.

Pasajes bíblicos en los que aparece San José 
Fue un humilde carpintero (Mt 13,55).
Estuvo desposado con la Virgen María (Mt 1,18; Lc 1,27)
Fue un hombre justo y trabajador (Mt 1,19)
Fue obediente a la voluntad de Dios (Lc 2,22.27.39)
Tuvo cuatro sueños (Mt 1,20; 2,13.19.22).
Vio nacer al Mesías en un pesebre (Lc 2,7).
Fue testigo de la adoración de los pastores (Lc 2,8-20)
Y también de la adoración de los Magos (Mt 2,1-12)
Asumió con valentía la paternidad de Jesús (Mt 1,21)
Escuchó la profecía que Simeón pronunció sobre Jesús y María (Lc 2,22- 35).
Para proteger a Jesús de Herodes, vivió en Egipto como extranjero (Mt 2,13-18).
De regreso en su tierra, vivió de manera oculta en Nazaret, en Galilea (Jn 7,52; 1,46)
Durante una peregrinación a Jerusalén, la Virgen y él perdieron a Jesús; después lo encontraron en el templo discutiendo con los doctores de la ley (Lc 2,41-50).
Como podemos observar en las citas bíblicas, de los cuatro evangelistas, sólo Lucas y Mateo hacen referencia a san José, pero nada dicen en torno a cómo, cuándo y dónde murió San José. 

¿Cuándo, cómo y dónde murió San José?
Si bien la Biblia no dice nada sobre la muerte de San José, algunos santos sí lo han hecho.

San Epifanio, por ejemplo, enseñaba que san José habría muerto poco después de cumplir Jesús 12 años; es decir, después de aquella peregrinación a Jerusalén, en la que la Virgen María y él perdieron a Jesús, y después lo encontraron en el templo discutiendo con los doctores de la ley.

Por otra parte, algunos estudiosos deducen que san José habría muerto poco antes de la vida pública de Jesús, pues el evangelio de san Juan, al narrar las Bodas de Caná, señala que estaban invitados a la boda María su madre, pero no dice nada de san José, quien, se supone, tendría que haber acompañado a su esposa.

Sobre la edad en que murió san José, algunos estudiosos consideran que, siendo la Virgen más joven que él cuando se unieron en matrimonio, y dado que el promedio de vida en tiempos de Jesús rondaba entre los 45-50 años en los hombres, san José habría fallecido entre los 45 y 50 años.

Y sobre la forma en que murió San José, lo único que dice la tradición es que debió haber sido la muerte más dulce y hermosa, teniendo a su lado a la Virgen María y a Jesús, como explicaba san Bernardino.

Oración a San José para una buena muerte
Es por esta razón que a San José se le considera Patrono de la Buena Muerte, y a él los fieles le piden que les conceda una muerte santa. Tan es así, que hay una antigua oración para ello:

Jesús, José y María les doy el corazón y el alma mía,
Jesús, José y María, asístanme en mi última agonía,
Jesús, José y María, descanse en paz con ustedes el alma mía.

Los Evangelios Apócrifos de la Infancia de Jesús 
Por otro lado, hay algunos documentos que dan más detalles respecto a la muerte de san José, aunque no forman parte del canon bíblico, y por lo tanto, no son parte de la Revelación Divina. En particular, están los llamados Evangelios Apócrifos de la Infancia de Jesús.

Este conjunto de narraciones incluyen un texto conocido como la Historia de José, el Carpintero, cuyo origen es la Iglesia Copta, proveniente de Egipto, y cuya redacción está en árabe; data del siglo IV o V; es decir, muy lejano a la conformación del canon bíblico.

Este documento se encontraba en el Vaticano (de donde fue sustraído en 1797) y pasó a la Biblioteca Imperial de París, Francia; hay algunos fragmentos con el mismo tema que formaban parte de la colección Borgia, y otros dos textos más en poder del British Museum, algunos de los cuales están escritos en griego.

Al parecer, estos documentos eran leídos en los monasterios coptos con motivo de la fiesta de San José. De acuerdo a esta información, san José habría fallecido en el mes copto Epep, el día 26, que corresponde al 20 de julio. En la Iglesia católica lo celebramos el 19 de marzo.

¿Qué dicen los apócrifos sobre la muerte de San José?
En la Historia de José, el Carpintero se dice que San José habría vivido 111 años en perfecta salud: “Su cuerpo no estaba achacoso, ni tenía delicada la vista, ni había siquiera un solo diente estropeado en su boca. Nunca le faltó cordura y la prudencia y conservó siempre su sano juicio, aun siendo un venerable anciano de 111 años.”

Cierto día –explica el texto apócrifo– San José recibió la visita de un ángel que le informó que ese mismo año iba a morir, y entonces viajó a Jerusalén, “penetró al templo del Señor, se humilló ante el altar, y rezó pidiendo que cuando llegara el momento no lo abandonara su ángel de la guarda y San Miguel Arcángel”.

De vuelta en su hogar, San José se enfermó, y le dijo a Jesús: “Tu eres Jesucristo, hijo verdadero de Dios”, afirmando que aceptaba la voluntad de Dios y la de su Hijo; entonces Jesús oró a Dios Padre: “soy tu Hijo querido; te pido por mi padre José, la obra de tus manos. Envíame un coro de ángeles juntamente con Miguel y con Gabriel para que acompañen al alma de mi padre José.”

“Al exhalar su espíritu, lo besó. Los ángeles tomaron su alma y la envolvieron en lienzos de seda… Al efectuar el sepelio a la manera judía… abrieron la entrada del sepulcro y depositaron el cadáver”.

Es importante insistir en que estos evangelios apócrifos no forman parte del canon bíblico; por lo tanto, no son parte de la Revelación Divina y no son vinculante u obligatorio de creer para los católicos.
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Desde la fe

sábado, 20 de febrero de 2021

Santos Jacinta y Francisco Marto - 20 de Febrero


Santos Francisco y Jacinta Marto, los pastorcillos de Fátima.

Hoy 20 de febrero la Iglesia celebra la fiesta de los hermanos Marto, los pastorcillos de Fátima que con su prima Sor Lucía vieron en distintas apariciones a la Virgen. Además hoy también se cumple el centenario del tránsito al cielo de Santa Jacinta.

Francisco nació en 1908 y Jacinta, dos años después. Desde pequeños aprendieron a cuidarse de las malas compañías y por eso preferían estar con su prima Lucía, quien solía hablarles de Jesús. Los tres cuidaban las ovejas, jugaban y rezaban juntos.

Del 13 de mayo al 13 de octubre de 1917 la Virgen se les apareció en varias ocasiones en Cova de Iría (Potugal). Durante estos sucesos, soportaron con valentía las calumnias, injurias, malas interpretaciones, persecuciones y la prisión. Ellos decían: “Si nos matan, no importa; vamos al cielo”.

Luego de las apariciones, Jacinta y Francisco siguieron su vida normal. Lucía fue a la escuela, tal como se lo pidió la Virgen, y era acompañada por Jacinta y Francisco. De camino pasaban por la Iglesia y saludaban a Jesús Eucaristía.

Francisco, sabiendo que no viviría mucho tiempo, le decía a Lucía: “Vayan ustedes al colegio, yo me quedaré aquí con Jesús Escondido”. A la salida del colegio, las chicas lo encontraban lo más cerca posible del Tabernáculo y en recogimiento.

El pequeño Francisco era el más contemplativo y quería consolar a Dios, tan ofendido por los pecados de la humanidad. En una ocasión Lucía le preguntó: "Francisco, ¿qué prefieres más, consolar al Señor o convertir a los pecadores?" Él respondió: "Yo prefiero consolar al Señor”.

“¿No viste qué triste estaba Nuestra Señora cuando nos dijo que los hombres no deben ofender más al Señor, que está ya tan ofendido? A mí me gustaría consolar al Señor y después, convertir a los pecadores para que ellos no ofendan más al Señor." Y siguió, "Pronto estaré en el cielo. Y cuando llegue, voy a consolar mucho a Nuestro Señor y a Nuestra Señora."

Jacinta participaba diariamente de la Santa Misa y tenía gran deseo de recibir la Comunión en reparación de los pobres pecadores. Le atraía mucho el estar con Jesús Sacramentado. "Cuánto amo el estar aquí, es tanto lo que le tengo que decir a Jesús", repetía.

Cierto día, poco después de la cuarta aparición, Jacinta encontró una cuerda y acordaron partirla en tres y ponérsela a la cintura, sobre la carne, como sacrificio. Esto los hacía sufrir mucho, contaría Lucía después. La Virgen les dijo que Jesús estaba muy contento con sus sacrificios, pero que no quería que durmieran con la cuerda. Así lo hicieron.

A Jacinta se le concedió la visión de ver los sufrimientos del Sumo Pontífice. "Yo lo he visto en una casa muy grande, arrodillado, con el rostro entre las manos, y lloraba. Afuera había mucha gente; algunos tiraban piedras, otros decían imprecaciones y palabrotas", contó ella.

Por esto y otros hechos, los niños tenían presente al Santo Padre y ofrecían tres Ave María por él después de cada Rosario. Asimismo, las familias acudían a ellos para que intercedieran por sus problemas.

En una ocasión, una madre le rogó a Jacinta que le pidiera por su hijo que se había ido como el hijo pródigo. Días después, el joven regresó a casa, pidió perdón y le contó a su familia que después de haber gastado todo lo que tenía, robado y estado en la cárcel, huyó a unos bosques desconocidos.

Cuando se halló completamente perdido, se arrodilló llorando, y rezó. En eso, vio a Jacinta que lo tomó de la mano y lo condujo hasta un camino. Así pudo regresar a casa. Luego interrogaron a Jacinta si se había encontrado con el muchacho y ella dijo que no, pero que sí había rogado mucho a la Virgen por él.

El 23 de diciembre de 1918, francisco y Jacinta enfermaron de una terrible epidemia de bronco-neumonía. Francisco se fue deteriorando poco a poco durante los meses posteriores. Pidió recibir la Primera Comunión y para ello se confesó y guardó ayuno. La recibió con gran lucidez y piedad. Luego pidió perdón a todos.

“Yo me voy al Paraíso; pero desde allí pediré mucho a Jesús y a la Virgen para que os lleve también pronto allá arriba”, le dijo a Lucía y Jacinta. Al día siguiente, el 4 de abril de 1919, partió a la casa del Padre con una sonrisa angelical.

Jacinta sufrió mucho por la muerte de su hermano. Más adelante su enfermedad se complicó. Fue llevada al hospital de Vila Nova, pero regresó a casa con una llaga en el pecho. Luego le confiaría a su prima: "Sufro mucho; pero ofrezco todo por la conversión de los pecadores y para desagraviar al Corazón Inmaculado de María".

Antes de ser llevada al hospital de Lisboa le dijo a Lucía: “Ya falta poco para irme al cielo. Di a toda la gente que Dios nos concede las gracias por medio del Inmaculado Corazón de María. Que las pidan a Ella, que el Corazón de Jesús quiere que a su lado se venere el Inmaculado Corazón de María, que pidan la paz al Inmaculado Corazón, que Dios la confió a Ella”.

Operaron a Jacinta, le quitaron dos costillas del lado izquierdo y quedó una llaga ancha como de una mano. Los dolores eran espantosos, pero ella invocaba a la Virgen y ofrecía sus dolores por la conversión de los pecadores.

El 20 de febrero de 1920 pidió los últimos sacramentos, se confesó y rogó que le llevaran el Viático porque pronto moriría, pero poco después partió a la Casa del Padre con diez años de edad. Entre las cosas que le dictó a su madrina están:

Los pecados que llevan más almas al infierno son los de la carne.

Las guerras son consecuencia del pecado del mundo. Es preciso hacer penitencias para que se detengan.

No hablar mal de nadie y huir de quien habla mal.

Tener mucha paciencia porque la paciencia nos lleva al cielo.

Los cuerpos de Francisco y Jacinta fueron trasladados al Santuario de Fátima. Cuando abrieron el sepulcro de Francisco, vieron que el Rosario que le colocaron sobre su pecho estaba enredado entre los dedos de sus manos. Mientras que el cuerpo de Jacinta, 15 años después de su muerte, estaba incorrupto.

Fueron beatificados en Fátima el 13 de mayo del 2000 por el papa Juan Pablo II y canonizados por el papa Francisco el 13 de mayo del 2017, en el marco del centenario de las apariciones.

viernes, 19 de febrero de 2021

Mis Conversaciones con las Almas del Purgatorio

MIS CONVERSACIONES CON LAS ALMAS DEL PURGATORIO


EUGENIA VON DER LEYEN

Nada impuro entrará en el Cielo

Para el alma manchada, pero sin culpas graves (pecados mortales), esta luz es ya un juicio; pues un estado de culpa no va bien con la infinita santidad y perfección de Dios. La unión con Dios "su eterna bienaventuranza", es, por tanto, imposible. El alma no sería capaz de soportar su Grandeza.


Ciertamente la mayor parte de las personas jamás entrarían al Cielo si no fuese por aquel lugar de purificación en el más allá. Dios dice a través de su Iglesia: "Quienes mueren en gracia y amistad de Dios, pero imperfectamente purificados, aunque están seguros de su salvación eterna, sufren una purificación después de su muerte a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en el gozo de Dios" (Catecismo Iglesia Católica 1054).


El presente tema tiene su fundamento en aquellas palabras de la Sagrada Escritura: "Santo y saludable es el pensamiento de rogar por los difuntos para que se vean libres de sus pecados" (IIº Macabeos 12, 34-43).


La Iglesia nos recuerda también aquella parábola del Evangelio que habla de una prisión, de la cual nadie saldrá hasta no haber pagado el último céntimo (Mateo 5,24-25).


El alma que al momento de la muerte aún se halla manchada por el pecado, se siente inexpresablemente abatida ante la presencia de Dios, como aplastada por el peso de su culpa, que debe ser expiada; ella misma es quien se arroja al Purgatorio. Sólo entonces ella comprende lo que es Dios y su amor hacia las almas, igualmente la desgracia del pecado ante los ojos de su Divina Majestad. Ella desea lanzarse inmediatamente a los brazos de Dios, mas se siente totalmente indigna, se halla como encadenada; destrozada de arrepentimiento y de dolor, suspira y anhela a Dios y le agradece profundamente, pues todavía puede reparar y expiar sus tantas maldades.


La pobre alma es consciente de que está salvada, y esto la consuela en su tormento. Sin duda es una gran misericordia de Dios que aún después de la muerte exista un lugar donde se pueda reparar. El Purgatorio es, pues, un misterio de la gracia, un fuego de la Divina Misericordia.

 

También tormentos físicos

El terrible tormento que experimentan las almas por el deseo de Dios, se une a los castigos particulares correspondientes a cada pecado. Con el arrepentimiento y la Confesión se elimina el pecado, mas no el castigo merecido por él.


El fuego purificador, que la quema dentro, la atormentará especialmente en aquellas partes del cuerpo que fueron causa de pecado. Aunque el cuerpo ha quedado en la tierra, la pobre alma tendrá la sensación de tenerlo aún, pues este también tiene parte en el doloroso castigo, como aquellas que se aparecieron a Eugenia mostrando su boca llena de heridas, por los pecados cometidos con la lengua; o aquella otra con las manos ensangrentadas, por haber asesinado.


Este es un acto de la Divina Justicia, pues luego del Juicio Final el Purgatorio cesará, y el cuerpo, que juntamente pecó con el alma, quedaría impune.


Sor María de la Natividad (fallecida en 1798), en complemento a esto dice: "Algunos años antes del Juicio Universal, las penas del Purgatorio se incrementarán para cada alma en proporción a la grandeza de su culpa. Dios puede hacer sufrir a un alma en un año, todo aquello que debería haber sufrido en 100 años. Los ángeles comunicarán a las almas que, para pagar totalmente su deuda, sus sufrimientos aumentarán pues se acerca el Juicio Universal".



Las Pobres Almas son verdaderamente pobres

Las Almas del Purgatorio se llaman justamente "Pobres Almas", porque tienen gran necesidad de ser ayudadas. No pueden ya ofrecer obras a la Divina Justicia para satisfacer por sus errores, como cuando estaban en la tierra.


El Señor Obispo, Monseñor Keppler de Rottenberg, gran predicador de las Almas del Purgatorio, dice: "En el Purgatorio las almas se asemejan al péndulo de un reloj: sufren y esperan - sufren y esperan". Las almas sufren y sufren sin ganar ningún mérito. En cambio, al soportar pacientemente los dolores en el mundo, le hacen merecer la Felicidad Eterna. Los sufrimientos y penas de estas almas, según San Agustín, son peores que los tormentos que padecieron los mártires. Según Santo Tomás de Aquino y San Buenaventura, las almas en el Purgatorio arden en un fuego semejante al del Infierno (como los condenados), con la sola diferencia que las primeras agradecen y bendicen a Dios por su salvación, y las otras, en cambio, lo maldicen.


Esta es la razón por la que estas Benditas Almas son tan pobres, más que un mendigo, pues lo único que pueden es sufrir.


Según la Beata Ana Catalina Emmerick y Ana María Lindmayr, las almas que no pertenecen a la Iglesia son unas de las más necesitadas, pues no tienen a nadie que ore por ellas, quedan en absoluto abandono; sus familiares, que no creen en el Purgatorio, no rezan por ellas, ni hacen actos de caridad en su favor.



Las Pobres Almas ruegan por los vivos

En una revista publicada por la Iglesia bajo el título "Voces del más allá", aparece lo siguiente: Una monja francesa rezó y ofreció mucho por una Hermana suya difunta. Por bondad de Dios y para instrucción nuestra, se le apareció. Le dijo: "Hay almas que padecen su purgatorio en los lugares donde pecaron; algunas al pie del altar, pero no por alguna falta cometida allí, sino como premio a la devoción y respeto que en vida tuvieron al Sántisimo Sacramento y a otros lugares santos.


Estas sufren menos que si se hallaran en el Purgatorio, y Jesús, a quien ven con los ojos de la Fe y el alma, alivia sus tormentos.


Las Almas del Purgatorio no están ocupadas solamente en sus sufrimientos; ruegan mucho para que se haga la voluntad de Dios, y por los hombres que les han abreviado y aligerado sus dolores. Ellas alaban y magnifican al Señor por su misericordia infinita, pues a muchas de ellas sólo les faltó un mínimo para caer en el espantoso abismo y condenarse. Nunca podremos llegar a imaginar el enorme agradecimiento de estas pobres almas que de tal forma fueron libradas de Satanás.

 

La Indulgencia Plenaria es muy rara

Entre otras, una de las preguntas que la Monja le hizo a la difunta, fue: ¿Te ayuda la Indulgencia Plenaria? Respuesta: "Pocas, poquísimas personas son capaces de ganarlas; es necesaria una verdadera contrición del corazón y de la voluntad, lo cual es raro, muy raro, más raro de lo que se piensa; en el Purgatorio recibimos las indulgencias que se nos ofrecen según el querer de Dios. Si un alma está al extremo del deseo, esto es, cerca del cielo, ella puede ser liberada con alguna Indulgencia Plenaria que sea ofrecida, totalmente o en parte, a su favor. Pero para la mayoría de las almas esto no sucede. Si durante su vida las almas tuvieron poca estima o pensaron poco en las Indulgencias, Dios, Justo y Eterno, las recompensa según sus obras. Ellas reciben solamente lo que Él tenga a bien darles, mas casi nunca es una Indulgencia total".



El día de Navidad es la gran fiesta de las Pobres Almas

Otra pregunta: ¿El día de la conmemoración de los fieles difuntos son liberadas la mayoría de las almas?: "El día de los difuntos un gran número de almas, por una especial gracia de Dios, dejan el lugar de expiación y entran al Cielo; sólo en este día todas las almas tienen, sin excepción, parte en las oraciones de la Iglesia. Muchas almas por Justicia Divina reciben, durante los largos años que deben pasar en el Purgatorio, este único refrigerio. Por lo tanto, no es el día de los difuntos que la mayoría de las almas entran al cielo, sino el día de Navidad.



Mil años ante Dios son como un día

¿Cuánto duran las penas del Purgatorio? Esto es distinto para cada alma, sin embargo los tormentos más largos y más terribles son para aquellos de duro corazón; también aquellos de los que habla el Beato Enrique Suso (muerto en el año 1365): "Existen personas que han hecho airar tanto a Dios, que deberán sufrir en el Purgatorio hasta el último día. Son los pecadores obstinados, aquellos que han pospuesto su conversión para el final de su vida, los cuales tuvieron, pues, antes de morir, un mínimo de arrepentimiento".


No obstante, el concepto de tiempo para las Pobres Almas es totalmente diferente al nuestro. Según Ana María Lindmayr, una hora de purgatorio para ellas, se hace más largo que 20 años de sufrimientos en el mundo; para las que deben sufrir más, el tormento se hace eterno, y para las demás se hace breve.


La monja difunta, hablando del tiempo de las penas del Purgatorio, dice: "Te digo esto según los cálculos humanos, porque para nosotras es distinto... Estoy aquí desde hace ocho años, pero me parece haber estado dieciséis mil años... ¡Oh Dios mío!"



San Miguel, Patrono de las Pobres Almas

San Miguel Arcángel y las Pobres Almas. Un alma dijo: "Él no sólo es el testigo cuando se proclama la sentencia; es también ejecutor de la Divina Justicia... y acompaña al alma después de haber completado la purificación a la eterna felicidad. Es compasivo con nosotras y nos anima en nuestros tormentos hablándonos del Cielo". A veces viene acompañado de la Virgen, a quien vemos corporalmente en sus fiestas. En sus fiestas ella viene a visitarnos y regresa al Cielo con muchas almas. También nuestro Angel Custodio nos consuela...

Podemos ayudarlas de muchas formas

Y cómo?

1. Ante todo con la Santa Misa, que nunca podría ser sustituida por ninguna otra cosa. No sólo debemos mandarla celebrar, sino también asistir a ella. En la Santa Misa ofrecemos al Padre Celestial los méritos y sufrimientos de su Divino Hijo, sus santas Llagas y su preciosa Sangre, su tormentosa expiación. En su amor misericordioso por las almas, Él nos permite transferir este infinito y precioso tesoro a su favor, e igualmente recibir y ofrecer por ellas la Sagrada Comunión, claro está, todo sólo por medio de nuestra Santísima Madre. Ana María Lindmayr hace énfasis en esto: "Todas las buenas obras deben confiarse a nuestra Madre, no debemos ofrecer nada según nuestro propio querer".


"Les ayuda de un muy modo especial las llamadas "Misas Gregorianas", que se aplican durante todo un mes por los difuntos. Su origen se remonta al Papa San Gregorio Magno (540-604).


En su libro Diálogos se lee que San Gregorio tuvo una revelación por la que constataba que un religioso llamado Justo había pasado del Purgatorio a la Gloria gracias a la celebración de la Santa Misa, en la que se pidió por su eterno descanso y el perdón de sus pecados durante 30 días consecutivos... Después esto se hizo una costumbre... Las condiciones eran:

 


1º Las treinta Misas debían celebrarse en forma continua, sin interrupción, con excepción del Viernes Santo y debían aplicarse siempre por los mismos difuntos. 2º No era necesario que las celebrara un mismo sacerdote, ni en un mismo altar, ni en memoria de San Gregorio.



2. Por medio del sufrimiento reparador. Cualquier sufrimiento que se ofrezca por ellas les proporciona un gran alivio. La Beata Ana Catalina Emmerick dice: "Es imposible describir qué enorme consuelo les llevamos a las pobres almas con nuestro autodominio y nuestros pequeños sacrificios". Se sabe del Santo Cura de Ars que él pidió a Dios de poder sufrir por las noches en favor de las Almas del Purgatorio.



3. El rezo del Santo Rosario, después de la Santa Misa, es el medio más eficaz para ayudarlas. Por medio del Rosario son diariamente liberadas muchas almas, que de lo contrario habrían seguido sufriendo por muchos años más. Por este medio las encomendamos a la poderosa intercesión de la Madre de Dios, quien con el mayor de los gustos las socorre, ella que es la más grande consoladora.



4. También con el rezo y meditación del Vía Crucis les aliviamos en gran medida sus tormentos, ofreciendo al Padre los dolores y muerte de su amado Hijo y las lágrimas de su querida Madre.
En cada estación podríamos agregar "Oh Jesús mío, por tu crucifixión, ten piedad de nosotros y de todos los difuntos". También les es de gran provecho la oración de las cinco llagas, especialmente frente a la tumba del difunto.



5. Las indulgencias son de un valor inestimable, fue lo que dijeron las almas a María Simma (1915-2004). Ciertamente, pues ellas acortan sus padecimientos; de hecho, la indulgencia es la remisión total o parcial ante Dios de un castigo temporal por pecados que han sido perdonados, pero no expiados.
Atendamos a estos tesoros de gracias que Jesús ha ganado para nosotros con su pasión y nos es dado por medio de la Iglesia.



6. Ejercicios de virtud y buenas obras. Jesús, por medio de Ana María Lindmayr, nos recomienda: "Debemos proponernos cada semana una virtud específica y ejercitarnos en ella ante Dios y los hombres, aprovechando cada oportunidad que se nos presente". Estos actos, sin embargo, debemos ponerlos en manos de la Santa Madre, por medio de nuestro Ángel Custodio, para que ella los use como convenga mejor. Por ejemplo, los actos de humildad y de renuncia de sí mismo pueden servir para aquellas almas que deben sufrir a causa de su soberbia y desprecio de los demás". Ella dice expresamente: "Es justamente con la humildad que podemos ayudar a las Pobres Almas, mucho más que con cualquier penitencia que pudiésemos hacer".


Los sufrimientos de las almas que en vida pecaron con el demasiado comer y beber pueden ser aliviados con el ayuno; otras, en cambio, tienen necesidad de actos de paciencia y dulzura, para verse libres de las penas debidas a su impaciencia e ira. Los tormentos de quienes fueron duros de corazón pueden ser mitigados con las obras de misericordia, a estos les ayuda especialmente ayudar con donaciones para las misiones.



7. Un medio muy fácil para ayudarlas es la buena intención, por ejemplo, antes de hacer cualquier cosa decir: "En nombre de Dios" o "Jesús, todo por ti" o "Todo por tu Sagrado Corazón por medio de tu Santísima Madre".


Aquella Monja difunta dijo esto tan importante a su Hermana: "Sucede en el mundo, y hasta en los Monasterios, que muchas acciones y obras buenas en sí mismas no obtendrán en el día de la recompensa premio alguno por no haber sido antes ofrecidas a Dios".


También el llamado acto heroico de caridad hace parte de estas buenas intenciones en alivio de las almas.


Este acto consiste en ofrecer voluntariamente todas las obras buenas que hagamos en favor de los difuntos. Con esto no perdemos nada, porque: "Aquello que hicieron al más pequeño de mis hermanos, a mí me lo hicieron".



8. Algo bastante útil para las pobres almas, indica Ana María Lindmayr, es el agua bendita. Con frecuencia el Señor le encargaba rociar agua bendita. Tenía la piadosa costumbre de antes de acostarse dar agua bendita a las Almas del Purgatorio.


Ella escribió: "Una noche me olvidé y me fui a dormir; mas las pobres almas permanecieron todo el tiempo dando vueltas alrededor de mi cama, me levanté y las rocié con el agua bendita. Sólo hasta entonces pudieron descansar". Las Almas Santas sienten la fuerza purificadora y santificante del agua bendita, igualmente el amor con el cual se les da.


Santa María Magdalena de Pazzi solía decir a sus novicias: "¡Hermanas, no suban inútilmente las escaleras!", queriéndoles decir que hasta la más pequeña acción la hiciesen como acto de obediencia y con recta intención, ofreciéndola a Jesús por amor a Él!



9. Incluso el encender velas en su nombre las ayuda. Primero, por tratarse de un gesto de atención y amor hacia ellas; y lo otro, porque al estar benditas iluminan las tinieblas en que se puedan encontrar. Meditemos sobre nuestra enorme miseria y la desgracia que es estar en pecado, incluso venial, y hagamos nuevamente el firme propósito de combatir, con una entera confianza en la gracia de Dios, nuestra debilidad y nuestra maldad.


Vivamos desde hoy mismo conscientes de la Divina presencia de Jesús en nosotros para que seamos invadidos de Su Amor, que todo lo abraza, y conformados plenamente a Él. En esta íntima unión con Dios podremos desprendernos de todo y dar mucho más a aquellas que no pueden hacer nada por sí mismas: Las Pobres Almas del Purgatorio.



Oración de ofrecimiento por las Almas del Purgatorio

Amabilísimo y buen Dios, porque es Tu voluntad que oremos por las pobres almas del Purgatorio, te ofrecemos por medio de las purísimas manos de María, nuestra Madre, todas las Misas celebradas en este día para gloria tuya y por la libertad de todas las almas del Purgatorio. Te rogamos humildemente que tengas piedad de todas ellas y canceles sus culpas, por los infinitos méritos de tu amadísimo Hijo. Amén

domingo, 14 de febrero de 2021

San Valentin - 14 de Febrero

San Valentín (14 de febrero) 

Nació hacia el año 226 en Terni (Italia).

En el siglo III en Roma ejercía como sacerdote. El emperador Claudio II, decidió prohibir la celebración de matrimonios para los jóvenes, porque en su opinión los solteros sin familia eran mejores soldados, ya que tenían menos ataduras . 

El sacerdote consideró que el decreto era injusto y desafió al emperador, celebraba en secreto matrimonios para jóvenes enamorados. 

El emperador Claudio se enteró y como San Valentín gozaba de un gran prestigio en Roma, el emperador lo llamó a Palacio. San Valentín aprovechó aquella ocasión para hacer proselitismo del cristianismo. 

Aunque en un principio Claudio II mostró interés, el ejército y el Gobernador de Roma, llamado Calpurnio, le persuadieron para quitárselo de la cabeza. 

El emperador Claudio dio entonces orden de que encarcelasen a Valentín. Entonces, el oficial Asterius, encargado de encarcelarle, quiso ridiculizar y poner a prueba a Valentín. Le retó a que devolviese la vista a una hija suya, llamada Julia, que nació ciega. Valentín aceptó y en nombre del Señor, le devolvió la vista. 

Este hecho convulsionó a Asterius y su familia, quienes se convirtieron al cristianismo. De todas formas, Valentín siguió preso y el emperador Claudio finalmente ordenó que lo martirizaran.

Murió el 14 de Febrero del año 270. La joven Julia, agradecida al santo, plantó un almendro de flores rosadas junto a su tumba. 

Los restos mortales de San Valentín se conservan actualmente en la Basílica de su mismo nombre, que está situada en la ciudad italiana de Terni (Italia).

PATRÓN: de los enamorados.

sábado, 13 de febrero de 2021

Nuestra Señora de Lourdes - 11 de Febrero

«LA SEÑORA ME HABLÓ»
De una carta de Sta. Bernardita Soubirous al P. Gondrand

Cierto día fui a la orilla del río Gave a recoger leña con otras dos niñas. En seguida oí como un ruido. Miré a la pradera, pero los árboles no se movían. Alcé entonces la cabeza hacia la gruta y vi a una mujer vestida de blanco, con un cinturón azul celeste y sobre cada uno de sus pies una rosa amarilla, del mismo color que las cuentas de su rosario.

Creyendo engañarme, me restregué los ojos. Metí la mano en el bolsillo para buscar mi rosario. Quise hacer la señal de la cruz, pero fui incapaz de llevar la mano a la frente. Cuando la Señora hizo la señal de la cruz, lo intenté yo también y, aunque me temblaba la mano, conseguí hacerla. Comencé a rezar el rosario, mientras la Señora iba desgranando sus cuentas, aunque sin despegar los labios. Al acabar el rosario, la visión se desvaneció.

Pregunté entonces a las dos niñas si habían visto algo. Ellas lo negaron y me preguntaron si es que tenía que hacerles algún descubrimiento. Les dije que había visto a una mujer vestida de blanco, pero que no sabía de quién se trataba. Les pedí que no lo contaran. Ellas me recomendaron que no volviese más por allí, a lo que me opuse. El domingo volví, pues sentía internamente que me impulsaban...


Aquella Señora no me habló hasta la tercera vez, y me preguntó si querría ir durante quince días. Le dije que sí, y ella añadió que debía avisar a los sacerdotes para que edificaran allí una capilla. Luego me ordenó que bebiera de la fuente. Como no veía ninguna fuente, me fui hacia el río Gave, pero ella me indicó que no hablaba de ese río, y señaló con el dedo la fuente. Me acerqué, y no había más que un poco de agua entre el barro. Metí la mano, y apenas podía sacar nada, por lo que comencé a escarbar y al final pude sacar algo de agua; por tres veces la arrojé y a la cuarta pude beber. Después desapareció la visión y yo me marché.

Volví a ir allá durante quince días. La Señora se me apareció como de costumbre, menos un lunes y un viernes. Siempre me decía que advirtiera a los sacerdotes que debían edificarle una capilla, me mandaba lavarme en la fuente y rogar por la conversión de los pecadores. Le pregunté varias veces quién era, a lo que me respondía con una leve sonrisa. Por fin, levantando los brazos y los ojos al cielo, me dijo:

«Yo soy la Inmaculada Concepción».

En aquellos días me reveló también tres secretos, prohibiéndome absolutamente que los comunicase a nadie, lo que he cumplido fielmente hasta ahora.

martes, 2 de febrero de 2021

San Blas - 3 de Febrero


San Blas protector de las gargantas 
Fiesta: 3 de Febrero

Todos los 3 de febrero, es la fiesta de San Blas, el día en que nosotros, como católicos, participamos en la hermosa tradición de tener nuestras gargantas bendecidas. 

Para ello, el sacerdote consagra dos velas, por lo general con una oración, y luego coloca las velas en una posición cruzada en la garganta de la persona que está siendo bendecida. Al mismo tiempo, la siguiente bendición es dada:

«A través de la intercesión de San Blas, obispo y mártir, que Dios te libre de las dolencias de la garganta y de todo otro mal. En el nombre del Padre, y del Hijo, y. del Espíritu Santo. Amén».

Según una leyenda que surge en el siglo VIII, nació Blas en el seno de una familia rica y noble; educado cristianamente. 

Se consagró como Obispo cuando todavía era muy joven. Cuando comenzó una nueva persecución a los cristianos, recibió un mensaje de Dios para que se fuera a las colinas y así escapar a la persecución. Un día, caminado en las montañas, descubrió en una cueva varios animales salvajes que estaban enfermos. 

Blas caminó sin miedo entre ellos, y los curó de sus enfermedades. Poco después, unos cazadores fueron en busca de estos animales para el anfiteatro, pero San Blas los espantó y entonces fue capturado. 

Al enterarse que era cristiano, fue conducido ante el gobernador Agrícola, quien lo mandó a azotar y encerrar en un calabozo, privado de alimentos. En el camino de regreso, para llevarlo a la cárcel; la madre puso su único hijo, asfixiado casi de muerte por un hueso de pescado atascado en su garganta, a sus pies, y el niño se curó de inmediato. 

Después en la cárcel, fue torturado para que renegara de su fe, pero el santo se mantuvo firme por lo que el gobernador de Sebaste dio orden para que lo decapitaran.

Blas es el santo de las personas con enfermedades de la garganta y patrón de los animales salvajes debido a su cuidado por ellos.

2 de Febrero - La Presentación del Señor

“La presentación del Señor”
2 de febrero

“Día del religioso” 
(Homilía dedicada especialmente a los consagrados)

La liturgia de hoy conmemora la presentación de Jesucristo, nuestro Señor, en el templo. Esta celebración litúrgica ya la encontramos testimoniada en el siglo IV y por lo tanto debemos decir que debido a su antigüedad es de suma importancia para nosotros; de hecho, lo conmemoramos también cuando rezamos los misterios de gozo en el santo rosario.

Jesucristo, la consagración perfecta

Es bueno recordar que en tiempos de Jesús los niños varones primogénitos debían ser presentados en el templo a los cuarenta días desde su nacimiento, para ser ofrecidos a Dios y para que la madre quedara purificada. Ciertamente que ni Jesús ni la Virgen santísima estaban obligados a este rito por ser Jesús el Hijo de Dios y porque María santísima no tiene pecado, razón por la cual este rito constituye en ellos un verdadero ejemplo de humildad o, como dice el santoral, “coronación de la meditación anual sobre el gran misterio navideño”, es decir, coronación de la humildad del pesebre.

Pero no es ésta la única enseñanza de esta celebración litúrgica, sino que hay otra verdad más profunda y que depende directamente del hecho mismo de ser presentado “en el templo”, es decir, en el lugar sagrado donde Dios habitaba como su morada; y esta verdad es que: “la ofrenda de Jesús al Padre, en el Templo de Jerusalén, es un preludio de su ofrenda sacrificial sobre la cruz”. Esto significa que la presentación en el templo es a la vez figura y anticipo de la entrega total que haría de sí mismo por nosotros entregándose en la cruz. 

Y notemos cuánto se parece esta ofrenda al sacrificio de la cruz:
- Aquí Jesús derramará la sangre de la circuncisión; y en la cruz entregará también su sangre, aunque allí será toda.
- Aquí es presentado por su Madre y san José; y en la cruz también será su Madre quien lo ofrezca con el corazón traspasado de dolor.
- Aquí su divinidad está escondida y su grandeza sólo se manifiesta a unos pocos; y en la cruz también serán muy pocos quienes lo reconozcan como el Mesías.
- Aquí es presentado en la casa del Padre; en la cruz será Él mismo quien se presente entregándole su espíritu, entrando así con todo su poder en la casa eterna del Padre.

La presentación de Jesús en el templo, nos debe ayudar a considerar que el Hijo de Dios se hizo ofrenda agradable al Padre “por nosotros” y para salvarnos de las consecuencias del pecado; y para darnos a la vez ejemplo de que debemos también nos debemos presentar delante de Dios como Él lo hizo: con la sencillez de un niño que busca a su padre, y haciéndonos cada vez más dignos de la presencia de Dios por medio de la gracia y las virtudes, especialmente la humildad, recordando siempre que “No soy nada más que lo que valgo delante de Dios”; y por lo tanto, debemos estar siempre con el corazón preparado para cuando Dios nos llame a presentarnos delante de Él.


El religioso, a imitación de Cristo

Escribía san Juan Pablo II: La identidad y autenticidad de la vida religiosa “se caracteriza por el seguimiento de Cristo y la consagración a El” mediante la profesión de los consejos evangélicos de castidad, pobreza y obediencia. Con ellos se expresa la total dedicación al Señor y la identificación con El en su entrega al Padre y a los hermanos. El seguimiento de Cristo mediante la vida consagrada supone “una particular docilidad a la acción del Espíritu Santo”, sin la cual la fidelidad a la propia vocación quedaría vacía de contenido.
Jesucristo, crucificado y resucitado, Señor de la vida y de la historia, tiene que ser el “ideal vivo y perenne de todos los consagrados.” De su palabra se vive, en su compañía se camina, de su presencia interior se goza, de su misión salvífica se participa. Su persona y su misterio son el anuncio y el testimonio esencial de vuestro apostolado. No pueden existir soledades cuando el llena el corazón y la vida. No deben existir dudas acerca de la propia identidad y misión cuando se anuncia, se comunica y se encarna su misterio y su presencia entre los hombres.

Al igual que Jesucristo, el religioso se ha consagrado al servicio de Dios de manera exclusiva, imitándolo en aquello que se ha convertido en el distintivo propio del religioso: los sagrados votos, mediante los cuales imitará por el resto de su vida a quien por Él entregó la suya en una búsqueda ininterrumpida de la gloria de Dios. 

Toda la vida del religioso ha de ser una afectiva y efectiva prolongación del ofrecimiento total que hoy conmemoramos, a imitación de Jesucristo; con sincera humildad ante el don recibido que es esta especial consagración; buscando en todo el Reino de los cielos y gozando desde ya lo que este estilo de vida le anticipa, como bien entendieron los santos: “Si llegaran a entender los hombres la paz de la que gozan los buenos religiosos, el mundo se trocaría en un vasto monasterio”(santa Escolástica); y a la vez pidiendo cada día la perseverancia y santificación que no se logra sin esfuerzo, sin sudor, sin trabajo, en definitiva sin la cruz; y, por supuesto, sin la fidelidad a los sagrados votos de pobreza, castidad y obediencia, señal de la consagración total, ya que “El religioso inobservante camina hacia la perdición decididamente”(san Basilio); en cambio, quien hace de Dios su prioridad exclusiva en todo y desde allí al prójimo, ése es el imitador fiel y discípulo verdadero del Señor.

 Que María santísima nos alcance la gracia de convertirnos también nosotros, mediante la docilidad a la gracia, en una ofrenda agradable al Padre y digna de presentarse delante de Él cuando así lo disponga.

P. Jason.

23 de Septiembre - Padre Pío

23 DE SEPTIEMBRE SAN PÍO DE PIETRELCINA (PADRE PÍO) El padre Francesco Forgione nació en Pietrelcina, provincia de Benevento, el...